La profesion de arquitecto en las islas Canarias

Joaquín Mañoso, Decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias.
Entrevista realizada por Saray Encinoso. Diario de Avisos (realizada el 01.12.2014 y publicada el 06.12.2014)

Altos de Los Realejos. Medianías agrarias del norte de la isla de Tenerife

- En muchos casos de corrupción se acaba imputando o condenando al arquitecto municipal. ¿Es una cuestión de complicidad o es que los arquitectos están desprotegidos ante la ley?

 “No me gusta hablar de imputaciones, porque creo que es un término incorrectamente utilizado. Este asunto nos conduce a la transparencia, que se ha convertido en el asunto de moda, y la frenética propuesta de nuevas leyes. No creo que la transparencia se logre con legislar más o menos. Es sobre todo un problema social y cultural. Tampoco creo que haya especial corrupción entre los arquitectos. En todo caso se trata de un problema de personas con responsabilidad como funcionarios, porque el arquitecto ahí está en calidad de funcionario”.

- En los ayuntamientos, aunque se ha debilitado, todavía existe la figura del funcionario de habilitación nacional para nombrar al secretario y al interventor. ¿Debería existir un puesto así para el arquitecto municipal? ¿Sería una forma garantizar la independencia?

“Yo creo que los controles que hay son más que suficientes. No necesitamos más controles para evitar la corrupción, sino mejores controles. Hay que dejar trabajar a la gente. El gran problema es que desde hace años se viene produciendo una excesiva politización y judicialización de la administración. Hoy en día cualquier suceso deriva en procedimientos judiciales, y en muchos casos no sé es lo más correcto. En la administración pública, salvando excepciones como en todos lados, hay un nivel muy alto de profesionalidad e independencia. Es verdad que puede haber procedimientos que no son los más adecuados, pero la excesiva interferencia de la política y la judicialización no facilitan alcanzar el deseable nivel de eficiencia y eficacia”.

- ¿Tienen demasiadas competencias urbanísticas los ayuntamientos? ¿Deben tener aún más en sus planes generales?

“Hay muchas administraciones con competencias propias, y en el caso de Canarias más aún: está el nivel estatal, el regional, el insular, el local. Todo esto complica las cosas. En el caso de los ayuntamientos quizá lo que es necesario sea redefinirlas con mayor precisión, sobre todo en el campo del urbanismo. No importa quién tiene más y cuáles sean, sino los objetivos a alcanzar. De todos modos uno de los principales problemas posiblemente sea que los planes generales son instrumentos inadecuados. Ya es hora de pensar en otra manera de planificar, pensando más en objetivos compartidos y alcanzando un mayor grado de coordinación. Los ayuntamientos deberían centrarse en determinadas competencias, las que puedan gestionarse en función de los medios reales con los que cuentan, y renunciar a otras, en favor de organismos con mayor capacidad de gestión. Pero, independientemente del camino que se tome, lo que parece claro es que se tiene que reducir el número de municipios, al menos desde el punto de vista administrativo. Hay demasiados en Canarias. Sobran más de la mitad. No se trata de renunciar a la identidad de las poblaciones, sino de ser más eficientes y racionales en la prestación los servicios al ciudadano. En algunos casos incluso simplemente hablamos de lograr un mínimo de viabilidad de estos servicios. Por ejemplo, en el caso del planeamiento sería deseable la existencia de instrumentos que tuvieran como unidad mínima de reflexión la comarca, sobre todo para el suelo rústico.”

Los municipios existentes en las siete islas Canarias

- Los ayuntamientos hacen la vista gorda con ilegalidades urbanísticas para no perder votos. ¿Cómo se puede controlar eso?

“Lo principal que hay que hay que hacer es aplicar la legislación vigente en cuanto a disciplina. El mundo político, además, debería estar mejor formado, o en su defecto tener asesores con mayor cualificación. Se toman decisiones sin medir las consecuencias. Se producen ilegalidades en las medianías y en la costa, y contra eso no cabe más que luchar con las normas del derecho y no con las costumbres. Y en su caso, corrigiendo sensatamente esa legislación de la que nos hemos dotado si se demostrase inadecuada.

Hay dos textos fundamentales en urbanismo en Canarias. Uno es la Ley del Suelo, y otro la Directrices de Ordenación General y del Turismo de Canarias. Son la clave de casi todo desde el punto de vista de la utilización de los recursos y el territorio. Las Directrices son de contenido fundamentalmente político, y expresan todo un proyecto de futuro para Canarias, no siempre conocido ni compartido.

Hay una Directriz en este texto que habla de la obligación que tienen todos los estamentos públicos de realizar una función didáctica hacia la sociedad en general. Hay que educar en términos territoriales a la población. Pues bien, esta Directriz debe ser con seguridad la más incumplida. Y además gran parte de la sociedad civil y sus dirigentes ignora cuáles pueden ser las consecuencias reales de ese incumplimiento. Es urgente educar a la ciudadanía en los fundamentos del estado de derecho, y en el caso del urbanismo, en su necesidad e importancia”.

Vista aérea del resultado territorial del futuro puerto de Granadilla en la isla de Tenerife

- Sorprende que exista tanta permisividad con estos desmanes urbanísticos pero que luego la sociedad canaria sea muy activista desde el punto de vista ecológico y se una para decir no al puerto de Granadilla o a las prospecciones…

“Es una contradicción. A veces las respuestas de la sociedad canaria en estos asuntos no parecen estar excesivamente razonadas. Tanto en el puerto de Granadilla como en las prospecciones petrolíferas existe un profundo déficit de información. No hablo del discurso político o de las justificaciones técnicas. El problema es que el ciudadano normal no comprende su sentido último ni sus consecuencias, y no hay un esfuerzo didáctico de las instituciones para explicarles realmente en qué consiste, cuáles son los riesgos…  A veces las plataformas sociales que van apareciendo tienen razón en una parte y en otra no; las cosas nunca son blancas o negras. En el tema del petróleo a veces me preguntan cómo me posiciono, si a favor o en contra. Me parece una pregunta absurda. El problema aquí no es solo o principalmente el petróleo. ¿Por qué no hablamos de la urgencia en el cambio del modelo energético de Canarias? ¿Qué fundamentos hay para relacionar la estructura económica del turismo con el petróleo? Me escandalizo con la falta de rigor, tanto por el Gobierno central como el autonómico. Falta información. Este momento (en referencia a las prospecciones) habría sido una buena ocasión para negociar cómo implantar ese modelo energético. Porque, insisto, las cosas no son blancas o negras. El cambio de modelo es un asunto más profundo. Si apostáramos por un modelo de energía más barata podríamos también plantearnos el necesario cambio del modelo productivo, e ir más allá del monocultivo de la industria del turismo”.

-No parece muy coherente construir donde consideramos oportuno y, como consecuencia, necesitar un coche para realizar cualquier desplazamiento…

“No es solo eso. No se trata solo de necesitar un coche que consume gasolina en sus desplazamientos. Se trata sobre todo de lo que demandan las personas que ocupan esa vivienda en forma de servicios: accesibilidad total, basura, agua, saneamiento, wifi… La sociedad canaria debería entender que hay cosas que no se puede permitir, y otras que debería potenciar”.

- Nueva Canarias y XTfe han presentado en el Parlamento una iniciativa legislativa en defensa del suelo agrícola en La Laguna, un texto que propone la derogación de los planes de ordenación insulares que limiten la independencia del ayuntamiento en la gestión del suelo agrario. ¿Qué opina?

“Me parece un error. Los municipios están divididos en muchos casos por líneas artificiales que no recogen que el territorio es un continuo, y más en los actuales tiempos en los que la limitación del transporte hace tiempo dejó de existir.  Cuando hablamos de suelo agrícola debe haber una entidad superior que regule este tipo de competencias, como es el caso de los Cabildos Insulares, aunque con matices en cada comarca. Una estrategia sobre suelo agrario que puede afectar en sus consecuencia a varios municipios, no puede establecerla un solo municipio”.

- Antes de la crisis la arquitectura se percibía como una profesión elitista. ¿Tiene que volver a reivindicar su función social el arquitecto?

“Es verdad que se asimiló el arquitecto con cierta élite social y económica, pero era una percepción muy superficial, porque esto es rotundamente falso. La mayoría de los arquitectos son gente normal, con conocimientos específicos y con gran potencial para dar respuestas a problemas con múltiples variables e incertidumbre. Pero los arquitectos quizás no hemos sabido transmitir ese potencial.  Eso no significa que no haya un grupo que destaque especialmente por su capacidad para proyectarse socialmente, igual que ocurre en otras disciplinas. La mayoría de arquitectos en España están sufriendo el mismo proceso que otras profesiones. Un ejemplo de este cambio son los médicos, que desde hace años son ya una profesión proletarizada. Trabajan para la administración o para empresas privadas. A nadie se le ocurre pensar que es una profesión de élite. La falsa imagen del arquitecto deviene de una cuestión sencilla: los edificios tienen una presencia cotidiana en nuestras vidas, y ese es nuestro pecado y también nuestra penitencia, para bien y para mal. Eso sí, la crisis de modelo social y económico –es excesivamente simple hablar de crisis económica- ha puesto en evidencia un problema estructural de la profesión. Hay demasiados arquitectos en España que se identifican con una manera restrictiva de ejercer la profesión. En la actualidad hay unos 48.000 colegiados, una cifra excesiva que sube hasta los 70.000 o 72.000 sin sumamos los que no están colegiados. Es una auténtica barbaridad, pero es que si añadimos también la cifra de estudiantes que ahora mismo se forman como arquitectos -unos 30.000-,podemos estimar que en el año 2025 España tendrá unos 100.000 arquitectos. La edificación no puede dar trabajo a tanto arquitecto”. 

- Pero hay otros campos donde puede ser útil el arquitecto.

“Sí, esta profesión tiene otras dedicaciones muy necesarias para la sociedad. Es el momento de que su actividad se redefina y analice mejor qué es capaz de hacer, y sobre todo qué puede ofrecer, que es mucho. Además hace años que se perdió esa idea de que la profesión cumplía un servicio fundamentalmente público, que es urgente recuperar. Hay que tener en cuenta que el resultado de su trabajo tiene consecuencias que van más allá de una simple operación económica, ya que afecta de manera directa a la vida de las personas”.

- ¿Cuántos arquitectos calcula que han emigrado por la crisis?

“En efecto hay que hablar de emigración. No me gustan esas expresiones hoy utilizadas como “internacionalización”, que no hacen sino ocultar en muchas ocasiones dramáticas decisiones vitales, en muchos casos por mera supervivencia. La emigración ha existido siempre, y he de decir que no son tantos los arquitectos que se están marchando como pueda parecer. Eso no es bueno ni malo. Es normal que busquen trabajo fuera si quieren trabajar para lo que se han formado, sobre todo cuando no es suficiente la demanda en sus lugares de residencia, y excesiva la oferta de profesionales. Da igual dónde. En definitiva, creo que hay una excesiva mistificación con los arquitectos que se van, cuando se trata de procesos normales de las sociedades desarrolladas.  Por otra parte es importante tener en cuenta que las posibilidades de trabajar fuera de España son mayores para los arquitectos formados en nuestras universidades porque su nivel y competencia son muy superiores a la media.  No obstante, aquí hay que señalar algo muy importante, y es que los arquitectos deben buscar las auténticas oportunidades aquí, desarrollando su enorme potencial como profesionales, que en muchas ocasiones ni ellos mismos conocen”.

- ¿Qué se le puede pedir a un arquitecto más allá de un edificio?

“Lo mejor que puede aportar un arquitecto es su capacidad para analizar situaciones y problemas complejos, y aportar soluciones específicas, y eso se puede aplicar tanto al diseño de edificios, como a las ciudades y su renovación y regeneración, a la rehabilitación, al interiorismo, al diseño en múltiples vertientes, como perito, en tasaciones o valoraciones, en empresas de múltiple naturaleza en el desarrollo de estrategias, como mediador de conflictos, etc. Hay que buscar alternativas. La masa de arquitectos en Canarias es enorme. En la actualidad hay unos 1.750 colegiados, pero son del orden de 2.300 los realmente titulados. Es decir, hay unos 2,3 arquitectos por cada 1.000 habitantes. Es una barbaridad”.

- Muchos arquitectos en Canarias pero… ¿cómo considera que ha sido el crecimiento urbanístico en Canarias?

“En Canarias no se ha crecido ni con más ni con menos orden que en otros lugares del país, aunque sí existe un elemento diferencial por la fragilidad y pequeño tamaño de nuestro territorio. De hecho ha habido planificación desde hace décadas, y en general con un nivel más que aceptable. El problema es que en paralelo se ha producido un elevado nivel de indisciplina urbanística. Los ciudadanos, en general, no cumplen las reglas, y la administración o es insuficiente o no ha tenido la necesaria diligencia a la hora de aplicar los instrumentos de control la disciplina. Ha habido casos en que ha perseguido y castigado (incluso duramente), y otros en los que directamente mira para otro lado.  Y por cierto, el incumplimiento se ha producido tanto por parte de los ciudadanos como de las propias administraciones.

El mejor ejemplo para demostrar el buen ordenamiento en Canarias es el turismo. Es lo que mejor ha crecido en Canarias con diferencia. Que recibamos 12 millones de turistas en un territorio fragmentado, donde viven dos millones de personas y donde hay un elevadísimo porcentaje de suelo protegido, en torno al 50%…  Es un milagro que no haya explotado. El desastre ha ocurrido en los modos de desarrollo residenciales, o la implantación del sector industrial y logístico. Contamos con numerosos ejemplos, fácil de constatar: en el Valle de La Orotava, en el Valle de Aridane, en las Breñas… ejemplos hay en todas las islas. Todo esto lo ha producido la indisciplina de los residentes insulares apoyándose en un modo de vida que ya desapareció. Va en contra de la eficiencia de recursos y del progreso.

El valle de La Orotava en la isla de Tenerife

La mejor forma de prosperar en la vida es logrando mejores ciudades. Las ciudades mejoran las relaciones sociales, mejoran las posibilidades laborales, dan más cohesión social… y eso se logra con mayor compactación y densidad de sus poblaciones. Lo contrario a lo que se produce cuando hay crecimientos dispersos. En Canarias posiblemente haya que buscar su origen en una mentalidad demasiado individualista, en el resultado del paso de una sociedad rural a una de servicios muy especializados como es el turismo, sin haberse desarrollado una etapa intermedia de industrialización. Todo ello tiene un reflejo propio incluso en el modo de crecer de nuestras poblaciones durante los últimos años.”

- ¿La administración también se está equivocando primando lo más barato en sus concursos públicos?

“Sí, los políticos y la administración en general se están equivocando a la hora de plantear los concursos que tienen por finalidad los servicios profesionales: solo se mira el dinero y no la calidad del servicio. Eso lo que hace es banalizar los servicios y que triunfen los mediocres. Esta “confusión” entre la economía de productos de mercado y la economía de servicios es una auténtica desgracia para la sociedad. Y es ideológica. Si desde la Administración no impulsamos concursos basados en la calidad, que deben ser la guía para el resto, ¿qué podemos esperar de la sociedad civil, que debe encontrar en la propia Administración un modelo a seguir? Volvemos otra vez a la importancia de la información y pedagogía, de la información para poder elegir, de entender las cosas, de favorecer un discurso didáctico”.

- Puede que los políticos se aprovechen del alto índice de fracaso escolar que existe en Canarias para apostar por discursos más simples, que solo buscan el blanco o el negro.

“No quiero caer en esa simplificación victimista ni en el dramatismo, pero en una sociedad con una tasa de fracaso escolar tan alta lo normal es que la sociedad se confunda. Además en Canarias se produce un enorme desequilibrio derivado por una parte de una tasa de fracaso escolar muy elevada, y a la vez una tasa importante de profesionales altamente cualificados. Pero por lo general nos encontramos con una ciudadanía a la que le cuesta entender lo que se le está planteando. Lo más importante ahora mismo en Canarias es, más que hacer carreteras o cualquier otra cosa, invertir en educación”.

- ¿Cómo de grave es que Canarias centre toda su economía en el turismo?

“Es grave. No quiero decir que haya que abandonar el turismo. Es un milagro que tengamos 12 millones de turistas en un territorio fragmentado en el que viven dos millones de personas. Eso no se puede perder. Hay que mejorarlo. Pero tenemos que dejar de hablar de turismo de calidad, de lo que se trata es de tener servicios turísticos de calidad. El turismo hay que mimarlo. La renovación de la planta turística que se ha iniciado es manifiestamente insuficiente. Está dirigida solo a la planta turística, y se olvida de la extrahotelera”.

El espacio turístico realizado en la costa sur de Gran Canaria
 

La ciudad turística de las Américas en Tenerife

- ¿Por qué reivindica la importancia del colegio en tiempos en los que no están tan bien vistos los colegios profesionales?

“El Colegio Oficial de Arquitectos de España nació en el año 1929, cuando había del orden de 1.000 arquitectos, todos ellos colegiados.  Hoy, como le decía al principio de esta entrevista, hay unos 48.000 colegiados, aunque en realidad podemos estimar unos y 72.000 titulados en total. En cualquier caso el órgano colegial, como institución fundamental de la social civil española, necesita actualizarse. El gran drama actual es que los profesionales más jóvenes, sobre todo los recién titulados, no entienden lo importante que es estar organizados colectivamente, eso sí, acorde a las necesidades de la sociedad actual. Pero esta actitud significa ante todo compromiso, una palabra que se conjuga muy mal en los tiempos que corren. Me da rabia encontrar un nivel tan bajo de implicación de los arquitectos con su organización y el enorme grado de desafección por no conocer la institución, sobre todo si tenemos en cuenta que esta organización será en definitiva lo que decidan que sea sus colegiados. Ese es uno de los mayores retos que tenemos, además de adaptarnos a los nuevos tiempos. En el caso de Canarias, que por sus peculiaridades tiene cinco demarcaciones, no siempre es fácil articular políticas comunes. Estos son los retos que asumí cuando llegué al cargo hace unos meses como decano, recuperar y dar sentido a la construcción de objetivos comunes”.

 

Desarrollo del trabajo relacionado con la arquitectura en España en los últimos años.

Ver aquí la entrevista original:
Joaquín Mañoso: “El mejor ejemplo de ordenamiento urbanístico en Canarias es el turismo”. Diario de Avisos, 06/12/2014

 

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